Antonia Quijón Hidalgo es una mujer de 32 años oriunda de la localidad de Jimena al sur de Zenteno.
Tiene una sensualidad y femineidad que le brota de manera inconciente y que ella siempre trata de ocultar. Es una mujer perfeccionista; desde que nació fue criticada por el hecho de ser mujer, lo que la marcó y formó en ella una obsesión por ser buena y correcta en todo momento. Meticulosa e hipercrítica consigo misma, sacrificando sus propios deseos ocultos al servicio del control interno. Le aterra cometer errores, por eso siempre antepone el deber antes que el placer.
Es la menor de cinco hermanos… hombres. Desde que nació fue rechazada como mujer. Sin embargo logró la aceptación de su familia al comportarse como un “caballerito”. Su vida la ha dedicado al cuidado de su madre y al trabajo junto a sus hermanos en una de las viñas del pueblo. De noche ayudaba a las señoritas del pueblo a probarse los vestidos que hacía su madre y que paradójicamente a ella se le prohibía usar. No obstante era feliz o creía serlo. Nunca tuvo novios, pero sí algunos pretendientes que vieron bajo esa apariencia de niño a la mujer, sin embargo, sus hermanos se encargaban de alejarlos. Tras la muerte de su madre, su única confidente, decidió hacer un cambio. Se dio cuenta que su vida la ahogaba y que si seguía así no conseguiría ser libre nunca. Y llegó al barco, arrancándose de su casa, con la esperanza de ser ella misma, de encontrarse con ella misma: "Quiero ser mujer, quiero alguna vez en mi vida ser yo"... sin mirar atrás, para no arrepentirse.